Las estenosis biliares representan un desafío significativo en la práctica endoscópica, requiriendo un enfoque sistemático para su manejo efectivo. El diagnóstico clínico inicial se basa en la presentación de ictericia, dolor abdominal y alteraciones en las pruebas hepáticas, considerando complicaciones como colangitis, cirrosis biliar secundaria y sepsis. El manejo inicial incluye la estabilización del paciente y el control de infecciones. Los estudios complementarios, como ultrasonido, tomografía computarizada y colangiopancreatografía por resonancia magnética, son cruciales para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión de la estenosis. La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) emerge como la herramienta definitiva para el diagnóstico y tratamiento, permitiendo la visualización directa, toma de biopsias y intervenciones terapéuticas como dilatación y colocación de stents. El manejo definitivo de las complicaciones sistémicas y loco-regionales implica un enfoque multidisciplinario, integrando terapias endoscópicas, farmacológicas y, en casos seleccionados, intervenciones quirúrgicas.